Sevilla, laboratorio europeo para luchar contra la enfermedad de los naranjos

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Las calles de Sevilla cuentan con 45.000 naranjos, el 25% de los árboles de la ciudad. En la capital se ensaya un sistema de control para prevenir la llegada de la principal enfermedad de los cítricos

Dada la extraordinaria población de naranjos ornamentales que hermosean sus calles, Sevilla se ha convertido en el laboratorio de ensayo de un proyecto europeo para desarrollar un método de control de la principal enfermedad de los cítricos, el Huanglongbing, más conocida por su acrónimo HLB o por su nombre en inglés, greening.

El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Servicio de Parques y Jardines, es una de las instituciones participantes de Life VidaForCitrus, un proyecto cuyo ámbito de actuación se extiende a cuatro países (Portugal, Francia, Italia y España) y que tiene como fin la lucha contra una enfermedad que representa una grave amenaza para la industria de los cítricos por sus desastrosos efectos, ya que reduce la producción y en casos avanzados puede llegar a matar a los árboles.

Descrita por primera vez en China en 1943, la enfermedad del HLB no tiene cura conocida y las medidas de control actuales tienen un alto impacto ambiental, tales como el empleo de numerosos tratamientos plaguicidas y la erradicación de los árboles infectados. Esta enfermedad está provocada por una bacteria, la Candidatus Liberibacter, y se propaga a través de insectos vectores, uno de los cuales, el Trioza erytreae, se encontró en el noroeste de España en 2014 y desde entonces se ha extendido por la costa de Portugal, alcanzando la zona de influencia de Lisboa, a escasos 200 kilómetros de las principales plantaciones citrícolas del Algarve portugués y de Huelva. Recientemente, además, el insecto ha sido también detectado en Asturias, Cantabria y el País Vasco.

La presencia de este insecto vector supone una grave amenaza no sólo para las explotaciones citrícolas europeas, sino también para las ciudades que, como en el caso de Sevilla, poseen una gran población de naranjos.

El naranjo, el rey

El naranjo es, sin duda, el rey de los árboles de Sevilla. Su población representa casi un 25% del total de los árboles presentes en la ciudad. En concreto, según el último inventario de patrimonio arbóreo, de los 182.000 árboles de gestión municipal censados en Sevilla, 45.065 son unidades de la especie citrus aurantium, es decir, naranjos amargos. Esta presencia masiva de naranjos en Sevilla se remonta a época islámica, como lo demuestran los patios de la Catedral o de la Colegial del Salvador, «aunque hay historiadores que adelantan su presencia a época romana», dice Pedro Torrent, técnico del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla y participante en el proyecto Life VidaForCitrus.

«El objetivo es perfeccionar un método de detección y control de la enfermedad que podamos replicar en otros municipios», explica Torrent. «A diferencia de los cítricos dedicados al cultivo, que son de copa baja para facilitar la recolección, los naranjos de zonas urbanas tienen una cruz alta, de 2,5 metros como mínimo, para permitir el paso de los peatones», comienza explicando.

El primer paso ha sido profundizar en el inventario de los naranjos que hay en la ciudad, su distribución por distritos y sus condiciones de desarrollo en parques y viarios. De este modo, cada uno de los más de 45.000 naranjos dispone ya de una ficha con su geolocalización, perímetro, altura o distancia a fachada, según los casos. Cerro-Amate, con 6.332, y Sur (6.064) son los dos distritos de la ciudad con más naranjos en sus calles, mientras que en el lado opuesto se encuentran el Distrito Norte (3.100) y Los Remedios, con 1.415 unidades.

A partir de este inventario se ha realizado un muestreo representativo en determinados ejemplares para conocer la fauna entomológica que anida en las copas de los naranjos, así como sus plagas y enfermedades, sin que se haya detectado por el momento la presencia de la bacteria ni de los insectos vectores del HLB.

El trabajo desarrollado por el Servicio de Parques y Jardines incluye también la formación de los profesionales implicados día a día en la conservación y poda de los naranjos, de manera que puedan reconocer los síntomas del HLB y den la voz de alarma en caso de que detecten la más mínima señal de su presencia.

«El hecho de que esta enfermedad no tenga cura conocida supone una seria amenaza para las zonas urbanas que como Sevilla disponen de una gran población de naranjos. Imagínese por un momento lo que significaría que toda la población de cítricos de la ciudad se nos fuera al garete: perderíamos el 25% del arbolado de la ciudad», advierte Torrent.

El objetivo último es homologar desde Sevilla un sistema de control para prevenir la posible llegada del HLB a zonas urbanas que pueda replicarse a otros municipios de Europa.

Fuente: Sevilla.

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