Los precios caen por debajo de los costes de producción, establecidos en 0,23 €/kg. Las organizaciones agrarias piden reducir el periodo de importación de naranjas foráneas para evitar solapamiento de temporadas
Hace solo dos semanas publicábamos el optimismo de las organizaciones agrarias respecto a la campaña citrícola valenciana que acaba de comenzar: la reducción de la producción en un 9,1% auguraba mejores precios para los agricultores, a lo que se suma un aumento del consumo de naranjas y mandarinas por la crisis sanitaria del coronavirus.
Hoy, la noticia es otra. Tanto la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) como La Unió de Llauradors i Ramaders han denunciado que las compras de naranjas Navelinas valencianas se están pagando a una media de 0,15 €/kg en el campo. Se trata de un precio por debajo de los costes de producción, que se establece en 0,23 €/kg en el caso de las naranjas, y de 0,28 €/kg en las mandarinas.
Para La Unió, esta cotización es una “cifra ridícula que es ruinosa para los agricultores” y recuerdan que, en 2020, por estas mismas fechas, se doblaban los precios. A esta bajada del precio se suma “el aumento de costes tan importantes como la electricidad, fertilizantes o combustible”. “La campaña de la variedad de naranja más importante de la Comunitat Valenciana podría ser desastrosa si no se endereza el rumbo”, advierten.
Denuncias contra los “abusos comerciales”
Desde AVA-ASAJA han anunciado que han puesto en marcha una nueva campaña para intensificar la interposición de denuncias ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) -órgano dependiente del Ministerio de Agricultura- para que investigue y, en su caso, sancione, “prácticas abusivas” en los contratos de compraventa de cítricos que no cubren ni los costes de producción. Esta organización cifra en un 30% el aumento de los costes anteriormente señalados.
La organización urge al Gobierno español a “agilizar” la investigación de estos “abusos comerciales” en un momento en el que el Congreso de los Diputados acaba de aprobar una reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria. Esta prohíbe la venta a pérdidas en todos los eslabones y ahora mismo está en tramitación en el Senado.
Para AVA-ASAJA, los bajos precios de las naranjas “demuestran que los objetivos de la legislación no se reflejan en la realidad” y, por eso, exige que la Ley de la Cadena “evite de una vez por todas los abusos, impidiendo que los costes de producción que se toman como referencia para establecer precios no sigan dependiendo del poder de negociación de cada productor, porque eso le mantiene en una situación de debilidad, sino que sea un organismo público el que fije los costes de producción en cada eslabón de la cadena alimentaria”.
Solapamiento de la naranja de Sudáfrica con la naranja valenciana
Las organizaciones agrarias denuncian que los acuerdos comerciales de la Unión Europea permiten el solapamiento de los cítricos sudafricanos con la campaña valenciana. Lamentan que las grandes cadenas de distribución europeas e importadores hacen “acopio de naranja de Sudáfrica y la tienen almacenada”, “taponando la salida comercial” de la naranja autóctona.
Desde La Unió de Llauradors recuerdan que el actual acuerdo comercial de la UE con Sudáfrica -en vigor desde junio de 2016 y que se va a revisar este año- permite que las naranjas africanas entren en los mercados europeos desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre (anteriormente era hasta el 15 de octubre). Además, contempla una reducción progresiva de aranceles de entrada hasta su desaparición definitiva en 2025.
La ampliación del período de importación supone, a juicio de La Unió, la posibilidad de entrada de altos volúmenes de cítricos en los últimos días, de forma que permiten la presencia de naranjas sudafricanas en los mercados hasta más allá de Navidad (ya que se conservan en cámaras), con “clara afección directa a las producciones europeas”.
“La entrada de naranjas procedentes de Sudáfrica durante un mes y medio más es una herramienta evidente de presión de los precios a la baja en origen en manos de los intermediarios”, aseguran.
La Unió aboga por que se declaren de forma oficial los cítricos como “producto sensible” para “proteger al sector citrícola en este tipo de negociaciones si el país tercero tiene también cítricos que desea exportar al ámbito de la UE”.
Revisión del acuerdo UE-Sudáfrica
La Unió de Llauradors señala que el acuerdo estará en periodo de revisión durante dos meses y que ahora es el momento de introducir cambios. Ellos defienden reducir de nuevo el periodo de importaciones porque “se ha demostrado que hay un solapamiento claro”, así como volver a instaurar aranceles a las importaciones a partir del 15 de octubre.
La organización cree que hay que analizar “en profundidad” su repercusión comercial y las consecuencias fitosanitarias que existen sobre el sector citrícola europeo.
Durante ese periodo, recuerdan que Sudáfrica ha sido uno de los países con mayores rechazos de envíos de cítricos por plagas en la UE y advierten que la entrada de un organismo nocivo desconocido “sería letal para la citricultura europea”.
Coincide con este planteamiento la organización AVA-ASAJA, que atribuye el “crítico” inicio de la campaña de la naranja valenciana a la “sustitución” en los lineales de los supermercados europeos de la producción local, que “ya garantiza suficiente cantidad y calidad”, por importaciones procedentes de países terceros, fundamentalmente de Sudáfrica, Egipto y Marruecos.
Por ello, reiteran que la revisión del acuerdo con Sudáfrica debe introducir “cambios profundos” por el “tremendo impacto” que ocasiona desde el punto de vista económico, fitosanitario, medioambiental y social, y auguran que “el año que viene habrá más hectáreas sin cultivar”.
Fuente: La Vanguardia.
